Tuesday, July 14, 2009

Tantralia, II / La creación del mundo / Nirmankaya




Vâyu

La materia sutil incluye a las bellas canciones,
la poesía, la filosofía, etc.: Swami Prabhupada


Un objeto halló su amor concreto
y vibra y chifla y retoza.
El aire se condensa, se esparce
y a todas partes sus ondas llevan la alegría.

Tan lejos el tañido de campana,
el címbalo del verso, avanza
(700 millas por hora)
que los senderos se extienden
por el pedazo más dulce del tañido:
¡el regocijo!

11-9-1981

*

En los fríos polvorientos del espacio

Has nacido como gota de amor
en los pozos del lamento.
Un guisante, leptón,
frágil como luna y despreciado.
Fue llevado
a los fríos polvorientos del espacio
por granizos inmensos.

Hoy vino a la cuna de mis ojos.
Ha nacido como japio
que emite su canto y llora,
según avanza en el rincón más oscuro
de la tierra.

Es la niña del maíz blanco.
Con mis manos recojo ese animalito
a la Kumara, a la niña sazonada de sol,
que sobrevive sordamente
su llamado de gigantes del aire.

Ella se aferra al hongo de mis colmenillas.
Toma por cuna la charca de la copa
que bebemos, tu útero, amada mía.

¡Ha nacido la niña y se mete en el núcleo
como una nueva chispa del beso!

2-15-1980

*



Nucleosíntesis

El secreto quiso ser inmortal
como un cadáver que se iluminó
en la llama del silencio.

El secreto anduvo en la pira,
nucleosíntesis, y el sol lo llenó de su olvido
limpiándolo con la prebiótica del Ser
en pos de alborada.

El secreto quiso ser pájaro
donde el metano hedía
¡y hoy está muerto y enterrado!
El sol lo sigue quemando
como a espiga.

9-16-1990

*

Yo no sé qué es la hermosura

¡Yo amé la luz para decir Existo,
pero jamás dije soy
hasta hallarte en el agua
y querer tu cuerpo como pez
servido a mi diario regocijo!

Yo no sé qué es la hermosura.
Aún no. Todavía.
Tus canciones de gibón,
territoriales, de pronto me llamaron.

Te espié largamente.
Eres tersa y hermosa como niña.
Eres linda y hostil,
benévola a veces, violenta
como ninfa del bosque.

En el punto fijo de la estética incipiente,
en este azar de solicitud
o rencor, me sorprendiste.

Supe que frotaría con miedo
el gozo de los ojos
y que me encenderías como chavisca
de lámpara en el viento
pues andarías conmigo.

Voy a echarme a las aguas
y agarrarte los senos o las nalgas.
En el manantial, si muero,
(porque nunca lo intenté)
llegaremos al fondo,
a flor de sedimento.
¡Y penetraré en tus algas,
comeré líquenes,
haré sexo contigo!

15-7-1980 / Indice / Tantralia

*

Interferones

Ahora concurro a las fiestas
de los interferones,
vestido de payaso por tu causa.
Intergangliono
con voces de ancianas proteínas.
Desde este bosque de larvas sonreiré.
Tendré que hacerlo porque llegas
y saludas y dices a cuanto es
tu entorno y sombra y abrazo y esfera
que existo, que existimos:
tú, virus que como un beso me visitas;
me preanuncias; yo, por tí, infecto.

9-16-1979

*

El hallazgo tántrico

Tapasaya: Aceptación voluntaria de algunas dificultades
Materiales para progresar en la vida espiritual:
S. Prabhupada

¡Amé la luz para decir Existo,
pero jamás dije soy
hasta hallarte en el agua
y querer tu cuerpo como pez
servido a mi diario regocijo!

Yo no sé qué es la hermosura.
Aún no. Todavía.
Tus canciones de gibón,
territoriales, de pronto me llamaron.
Te espié largamente.

Eres tersa y hermosa como niña.
Eres linda y hostil,
benévola a veces, violenta
como ninfa del bosque.

En el punto fijo de estética incipiente,
en este azar de solicitud o rencor,
me sorprendiste.

Supe que frotaría con miedo
el gozo de los ojos
y que me encenderías como chavisca
de lámpara en el viento
pues andarías conmigo.

Voy a echarme a las aguas
y agarrarte los senos o las nalgas.
En el manantial, si muero,
(porque nunca lo intenté)
llegaremos al fondo,
a flor de sedimento.

¡Y penetraré en tus algas,
comeré líquenes,
haré sexo contigo!

15-7-1980 / Indice / Tantralia

*

Karana: órgano sensorial

... the bridge between the higher and lower Manas
or the spiritual ego and personal soul of a man...
G. de Purucker

¿A dónde crees que irás
si te alojas en mis brazos?
¿Dónde me hallarás, pequeña,
princesa de fuego, sino en el puente,
donde tu original pureza
ha sido sazonada dulcemente?

Bardiza de separación
son las casas de los hombres.
Olla de grillos,
los tugurios del placer fornicario.
Infieles los varones
que tu nombre de Kumara olvidaron.

¿Irás con ellos, o vendrás conmigo?
En el camino donde te hallé
como lobos se acecha a tu hermosura.
En el sendero que te ofrezco
serás Mahat y a tu mente
entregaré el tesoro, vasija del aliento,
el beso de mis dioses con el mío.

Abrazame otra vez, kumarita.
Confíame tus pasos que ya están perdidos
por la senda de la materia oscura.
Aquí las bestias se entremezclan con demonios
y en el ashram y las bardizas
no hallarás bendiciones.
El destino deviene crudamente kármico.

Yo soy el puente y el veedor
y los peldaños: yo soy
el karana para tu camino.

2-3-97

*

¿Dónde está la vida?

En tí que me oyes
aunque andemos a oscuras:
la potencia de la vida descubro.
Tu voz es vida que señala a la mía.
Yo respondo.

Jadeas y siento el hálito:
¡tu boca debe ser besada!
Hurto de tu aliento el OM de tu brama.
Abierta en rajas, la cama
da clamores, pasión apetece.

Terminará la noche
con nuestros cuerpos tibios, anhelantes.
La naturaleza tiene urgencias en nosotros
porque la vida es Ella, urgencias muy urgidas,
y tú y yo, su espejo, urgencias
en Su Gran Espejo
tras el que está la vida.

2-3-1997




Tu nombre es éxtasis

The very fact that the universe is creative, and that the laws have permitted complex structures to emerge and develop to the point of consciousness. In other words, that the universe has organized its own self-awareness, is for me something going on’ behind it all. The impression of design is overwhelming: physicist Paul Davis

Diseñaste al dios inocente, al que se satisface
con la bacteria primordial, primer juguete.
Pero no es poco un bacteria para quien crea plenitudes.

Extasis es Tu nombre, jiva ilimitada, manso,
calmo, siempre capaz de echar sus energías
a las aguas de Uma, a los fuegos de Bhairava,
a los Nandi del Aire y los espacios de Sadasiva.

Diseñaste el Toro y lo llamaste «Mi Transporte» sacro
y te purgaste el Nabo para hacerte más espacios
en la carne y el sexo. Desde ese día quisiste
la Tierra y el toro que la pise y la mujer
que adore lo que tienes para Yoni:
tu Linga, tu falo, tu semilla.

Diseñaste un cielo morado para los que te amen
y las tres Nadis y caminos para que pasen
tus carruajes y el mulo que la jala
y el elefante y el toro y el guerrero.

En el espacio, hicíste el arma de Indra,
formaste rayos, diamantes para el falo duro,
lo mismo que los Upayas del conocimiento.
Hicíste ra(z)sa, con prana de Tu Aliento.
Hicíste la Reta, tu espermajo,
y te vacíaste en el gozo de los hombres
cuando díste la Prajna y el maithuna.

Todo diseño eres. Muchas son las criaturas
que suspendes en el aire, mucho lo que escondes
en las aguas, y aún en el Caos, todo se estabiliza
para que cumpla su nivel de mayor organización.

Toda la vida es divina. Por eso híciste sintiente
todo lo que vibra, lo que tiene oxitocina,
lo que tiene un aliento, lo que se agusana
para librar más shakti y enroscarse
en los sadhanas de victoria,
en los círculos de la energía.

Aún en la hienda, en el estiércol,
siembras el hongo y algunos crecen
como phallus impudicus, orejas de satanas,
y apestan como boletus edalis, pero yo veo
Tu vida en él, tu Linga, tu mensaje,
Tu símbolo.

*

Curiosidad

Por amor a mi canción
voy a mirarte dos veces, ninfa
de marejadas curvas y ondulantes pechos.

Una vez, en luz de ausencia.
Deja, pues, que la Luna Llena
la memoria de tu tacto desborde,
tu dulzura vibrante.

Ojos y labios míos, hambrientos,
te añoran, Eurídice,
apasionada hondura de mi canto,
adorable danzante de mis olas.

Tu sensualidad oceánica se escurre.
Mi valor enflaquece si no estás presente.
Pero voy a mirarte otra vez.

Humedécete sobre mi cuerpo,
viaja en mis riesgos, no en lóbregas selvas.
Desde un peldaño triste
de las ansias, te necesito y te llamo.

*

Encuentro con la Resplandeciente

a Bhuvaneshvarî, la creatividad infinita,
madre del universo y soberana del mundo
Shakti es el poder que festejo.
El poder Resplandeciente,
plenitud de refulgencia.
Poder en Mí, poder en Ella.
La transgresora de los días oscuros
se instala, abre puertas y ventanas
y me clama. «Ven» aunque no pregunte
yo por sus nombres sagrados:
Kalî, Durgâ, Sitâ, Radhâ...

La Resplandenciente
me llama de diez formas distintas;
en mí, observa el humilde ser
de Mahâdeva. Para el, soy un Ser
indespreciable, digno de su consumo
antes que el Tiempo / kâla /
como un devorador me consuma.

Ella ve en mí lo Eterno.
Kali me cuida. Ella es Madre
de la Mahâ-Vidya / la Gran Sabiduría.
Ella me da Salvación y me lleva
a la Otra Orilla. Ella es Târa:
la que danza sobre los cadáveres
de lo futil, e innoble, y quita la cabeza
al dolor que me entorpece.

En las tres ciudades de mi reposo,
la Hermosa irrumpe, me acompaña
en la vigilia de los días, me obsequia
la mitad de su naciente sueño
y me integra al amor de su Sueño Profundo.

¡Oh, Triupura Sundarî, eres la más cotidiana;
tú me hilas, consoladoramente,
me tejes en la cesta de tu sexo,
en la virtud de tu encanto!

En las Tres Ciudades de amparo,
comprendo por qué eres lo Resplandiciente,
soberana de bhuvana, reina del mundo
y del espacio-tiempo infinito

*

Bíos

A veces
para dar el estímulo
que origina el color de las mañanas
y mueve el flujo, la mar de la existencia,
sólo falta una pequeña ola
del matiz terso de la rosa,
la gracia cándida de una niña bonita.

Hay que saber, Kumara,
ya que caminamos por orillas peligrosas,
que son estrellas veloces, nacientes, fugaces,
almas pequeñitas que serán generosas
y entrarán en la mar
y, en lo amargo derramado en ella,
caerán con sus vidas de sal y de dulzura.

Hay que saber hallar una pizca de luz
en lo oscuro, pizca de vida en la muerte.
Solverse con ese ser desconocido
que es el ser-que-se-devela, cotidiano,
transfigurándose en infinitas posibilidades.

Yo, que tantas veces camino entre pendientes,
azotado de salitre y peces muertos,
de riesgo y de dolamas,
ví a la pequeña, entretenida
con sus salticos simpáticos y dulces;
y, cuando dijo adiós
a mi sombra que lloraba,
quitó lo gris al tedio.
Brincó a mi ser
con cuica de alegría,
Escondió mi tristeza con salto de isospín.

Hay que saber que la vida tiene pocos años
y fluye hasta que no queda más onda por vibrar.
La niña pasajera sonríe y dice adiós,
pero te hereda su deliquio
de órbitas que vale por los siglos.
¡Codifican genomas para la eternidad!

2-3-1997

(Publicado en La Blinda Rosada, España,
16 de julio del 2000)

*

La eternidad presente

There is one Ruler, the Spirit that is all things,
who transforms his own form into many. Only
the wise who see him in their souls attain
the joy eternal:
The Upanishad, *
¿Qué es el gozo?
¿Una promesa verbalizada meramente?
¿Un discurso en los labios del Hacedor Sublime?
¡Pues linda miseria que hicieron de los gozos,
promesas y promesas y promesas!

Que no haya sublimes labios ni hacedores.
Que se forme la boca.
Que el beso retoñe.
Que las raíces crezcan...

¡A chupar venimos!
a absorber,
a rastrear el camino
vestidos de piel,
desnudos e inmersos
dentro de las charcas de escozores.
Vulvarmente nutricios estamos.
Obesesos por el olor de Démeter...

Que la mujer que ríe
redefina la eternidad con su presencia.
Que el niño hambriento clame
por la teta y chupe y se lacte.
Que el gozo baje de la altura ultramundana.
Que el tedio se quite los calzones.

Que la promesa sea como el rayo que fulmina
y Sémele ruede por los suelos
como atrabancada indígena de Cadmos
que pija quiere y caldos a la clueca
dan por cada rumbo.

Que en mil pedazos queden destrozadas
las continuidades contínuas y sistematizadas
por el Uno de lo incógnito.

¡Mal rayo nos porta, una y mil veces!
Y que la Majestad cósmica
también se colapse, que se arreche
el berraco nabo del Vigía
en presencia de legisladores morales
y rateros y rajputas y lesbianas.

El afirmador no cesa de llegar a ser él mismo.
El beso que recién ha nacido
reclma su retorno al instante idéntico.
Se moverá como lengua, golosamente enloquecida.

Y crecido, el beso quiere, yendo al plexo
de los senos calientes, los pezones
y aún más sudarse ha de querer en el carmín,
lamer en grande y, si las manos del deseo
lo permitieran, apretará debajo de las nalgas,
jalará el clotis, se salará con chupetes
y caricias, vivo julepe
con dedos en lo incógnito.

¡Qué rico que, por afirmación,
revienten el sostén, a besos,
los hijos terrenales de Semele,
los guerrilleros de la Gran Madrugada!

Que el escote se prohíba de los senos
y que las manos democraticen sus tersuras
y las repartan a las bocacalles
bajo túneles y sobre las rampas
de las perspectivas...

Que con peplos abiertos,
bragas en las rodillas,
se abran las blusas
las colegialas, las meseras,
las libres y las esclavas,
las dejadas, las viudas
las casadas y solteras...

Que el broche de una promesa nada oculte.
Que el cierre de cremallera nada esconda
porque hoy la eternidad presente como loba aúlla.
La eternidad alborota como gata los tejados.
Su movimiento inestable es una de pezuñas.

El movimiento del ser quiere rebeliones
y bajo las cobijas se ha vuelto
el coito más cachondo,
la presencia del sexo más caliente:
la afrodisia, la ausencia de nostalgia.

La eternización de lo inmóvil es lápida,
pero esta cama es sudor, olor a semen,
entrega, bija del hibisco,
telares estambrados vulva adentro
por lo infinito temporalizado.

Vivir y pensar se han trenzado
con el lenguaje de la orgía
y con pasos de ménades, el dolor filosofa.

Afirmar el gozo y el dolor es querer
la eternidad con revolcones, se repudia
la trunca linfa, éxtasis de promesa,
la espera que es más fría que los polos
y fraternales sermones o consejas paulinas.

El acto de volver a comenzar está desnudo
y el pene no es una idea, sino un córrele...
y las piernas, aún no cansadas, se agitan
y ese vientre abierto
y sus caderas
son la vida.

5-9-1990

*

Axona

Tu corazón es una axona
en aras de latido, canal
que me navega como góndola.

Tu cuerpo es pez que canta proteínas.
En los fondos extracelulares de mis ojos
escarbas, preguntas, te detienes.

Sobre filo de navaja voy, admitido,
tal como me enseña tu ser que orbita:
apetente, solícito, fascinado
por las huellas que dejaran tus sustancias.

Brasa de hornilla, el sodio de carga positiva,
tus iones de potasio, la sal sabrosa de tu vida.
Apertrechado en tus membranas potenciales,
toco las puertas, sin saber que llegaste,
te invoco con nombres latinos...

¡Kalium, natrium! ... te gritan
iones de esta orilla, relámpagos
que son espejos de tu tersura.

*

Kundalini

Nuestra pasión se vuelve electrostática,
danza que empuja el sodio
hasta deliquios, dentro y fuera,
sobre colchas de piel en primavera.

¡Como es la sal de hembra
que por amor está formada!
¡Y una axona resume nuestro temblor de gozo,
tentación de huesos, paroxismo en llamas!

¡Cuán pequeña eres que en mis pupilas
te detienes y en el centro de tus mitocondrias
quepo y me bastas, me transportas, me redimes!



*

Me gusta cómo te mueves (1)

Me gusta cómo te mueves.
Excitas al tálamo.
Lo vuelves un chincual
sobre la superficie del colchón.
Y las hormigas rojas, pequeñas y malignas,
que son tu ahí
se engendraron, multiplicándose.

¡Ahora son mías como escozores!
Un día que tu cola raspó el córtex
aparecieron con los besos y las noches.
Tu cola muerde y se retira, ponzoñosa.
De las esporas asexuadas
verificas el punto fijo.

Lo calas donde más duele, te hundes.
Y revientas tu ademán de cumiche
sin que nada prometas al niño
con esperanza de sol,
que no tiene aguijón, como tú.

Más negra no ha de ser,
la compresión infinita;
te decaes porque el alma
de tu joroba volcánica huye
y el aliento tan ígeneo y tuyo
es el puñal que visita las collejas
y el débil nervio
de las flores animales,
mi jardín, mis valles, mis cayos.

¡Pero me gusta que seas curro y majo!
y con el sarape de Tlaxcala,
surtido en tí sobre los hombros,
te enaltezco
como si fueran necesarios dos paraboides
en el Este y el Oeste
de tus cumbres ligeras, libres,
como manos de Céfiro.

9-15-1990

*

*

Me gusta cómo te mueves... (2)

¡Me gusta cómo te mueves,
pajarraco, y cómo engendras
la hipérbola con magnitud dinámica!
La acción de tu amor, así descrita.

¡Cómo giras, me gusta,
con un punto de contacto en mí,
insinuándote a la cochambre de mi calle!

Tú, colocado arriba, esfera;
yo, de tronco, angulado,
sección de tus puños cerrados
cuando abro mis manos de vegetal,
sediento;
tú, arriba, paraboloide;
yo abajo, vasija de cucho,
receptiva al estiércol sublime
de tus rotaciones;
tú, en la Constante de Plank,
enojado por el valor mínimo
de las secciones que intersecas;
pero aún feroz, echando madres
de bariogénica energía por los bofes,
metido hasta las trencas en orgasmo.

Yo, en curva para esquivar la pena
de que te irás hacia los mismos confines
por donde llegaste.
Te esperan otros cuerpos celestes.
Tú, en chifla
porque existe la elipse;
yo, cundango,
porque existe la espora
y el virus, la bacteria, líquenes
de bragas azules y verdosas,
y un mar que nos separa
y un cielo arrebolado de piedras
que golpean las espaldas
de mi mundo; en fin, mi geografía
que no te pertenece.

9-15-1990

*
*

Siva

Sí va, él no se queda.
El tiempo pasa ejemplarmente
y el sol, con sus eclipses, se comparte.
¿Cómo no ir? si ella a cada instante
es llama, grito de aliento,
hornilla de los tapas.

A verla va, a oirla se apresura.
Siva el alto cuello eleva
porque tres ojos tiene y mira
y diez manos para asirla y palparla
como sátiro, olfateándola con gusto de fleroma.

Sí va. Y yo tras él
porque destruyo la mandanga
por oir y ver que clama
la mujer del sustento,
mujer de nuestra carne.

7-9-1989 / Indice / Tantralia

*

Madre de las aguas

A Kali
Sólo tú puedes ser diosa en los ríos,
náyade de los campos, Luna en los cielos;
sólo tú, árbol de conocimiento y real esperanza.

¡Tú desocultas lo que se esconde
en el azar y todo lo pones a raya!
Eres el ser extenso más bello y aquí y ahora;
eres niña y mujer y madre y autora
de los años y sus sabias tormentas.

¡Por eso se te invoca como vírgen y anciana!
por ser tan poderosa, salvaje, independiente,
fundamentadora y promiscua.

En los eventos causales
eres la pera que no se pide al olmo.
Niegas al taimado sus caprichos.
El honesto fuete te pervive.

Te han dicho débil y te han esclavizado
pero, saben todos que eres el ibris,
la riqueza visible y el gran salto
del dolor a la dicha,
de la fe a la creación concreta.

¿Ves por qué sólo a tí pido?

4-11-1983

*

Los filósofos del agua

Me veo y me deseo
en los consuelos de estos viejos de ayer
que saben calcular a dónde vamos,
que no tienen infiernos atormentadores
ni destinos de condena.

Escriben su flecha sobre lo más dulce del seno
de la tierra: sus aguas, cambiantes y vivas,
y aún sobre la sangre de las estrellas.

Con amor se designan
y son agua, dijo Tales de Mileto,
y el apeirón es éter; pero la vida se origina
en los mares, en la sed dulce,
en la vibrante fluidez de las moléculas...

En estos héroes yo creo.
Y con las niñas de estos ríos
yo voy y escribo amor y canto.

11-9-199

*

Eva (frag. 3)

Calentadora de la magma fósil,
hornilla erótica, la mujer
edifica más que el hombre.
A la ausencia, sin duplo, dulcifica.
Saca el placer de la miasma
y del metano nauseabundo.

Los mendrugos coce con el púbis,
multiplica el pescado en las verijas
y redobla la vibración de los escrotos.

Así tiene el Tiempo
su Tambor de Nataraja
e inaugura su tick-tack
el reloj de lo vibrátil.
Ella evayacula, zumo pujadora
lo que Adam petrifica.

Eva todo lo combustiona
mientras Adam se derrite
una vez el Bing Bang
lo dispara con pujadas
a los rumbos inciertos.

El quiere la cobija que ella tiende
porque nació desnudo en los fríos
de cuatro fuerzas desunificadas.
Sueña y se afana por el lecho
donde él tiene que nacer.

Ella, sin él, fabrica la cueva
de su propia muerte
y lo elije por marido
y lo llama Adam, su tierra roja.

La mujer muere en el hombre.
El no tiene otra tumba que ella diga:
Es la mía. El fue primero punto, coma y línea.

Ella vino después con la forma de piedra
y se hizo círculo y triángulo peludo
y torso, con dos campanas
que parecen volcanes en la Tierra.

Ella dijo el primer ¡Ay!
y huyó por las puntas
del cangrejo, tan lenta y apacible,
como supo ser por no saber mirar el Todo.

Ella camina con sílabas que Adam ignora,
pero que él tiene que aprender,
si de sobrevivir se trata
este aquí y ahora, hic et nunc...

Siquiera es como él cuando ríe,
pero ella es ella y, como ella, ninguna...

Su voz es dulce
como mordida al caimito jugoso...
Ella nunca bosteza.
El tiene hambre de contínuo.
Tampoco forcejea con sus riñones.

Otros pelean por ella y le prestan los suyos.
Siendo la reina, él es el zángano.
Lo aloja en su colmena.
Las hembras son vampiras adamyuladoras.

Publicado en Tertulia de Mizar, Núm. 560, 7 de abril del 2000
*

No es con mis ojos



Una parte de la gota que cayó en la tierra,
cuando el sonido más fuerte y viril de Tu rayo
abrió los cielos de Shada, sorprendió el Verbo,
me negó el vacío, fue mi esperma,
retazo tuyo, ra(z)sa de Tus Delicias.

Pero no es con mis ojos que veré la gota
ni el nivel de Tus Agnas ni el esencial punto
de tu luminoso Lingam ni el Bindú sonoro
con que accesas mi vida y convocas
a devoción ardiente; no es tampoco
con mis dedos, y no importa con qué mudras
que conoceré tus humedades o las mías.

Si digo que te he visto, seguro… te he desfigurado.
Si digo que te oigo, te escuché mal citado
de un texto sonoro, reinventado sin Tu OM.

Si digo que te huelo, cerca estaré
del excremento de los muladares.
Una parte de Tu Gota cayó en mí vientre
para que sepa que existes como el rincón
más oscuro de cualquier despertar.

Tú eres el comienzo cósmico del buddhi,
el reflejo del Manas, la función del pensar.
Tú eres quien me llamas Viviente, jiva-atman
y me extiendes, entretejes, aconsejas
pónte en guardia, reintegra tu consciencia
en Mí, la Fuente Original.

Una gota cayó, sonó con su gran ruido,
sobre mi endeble hoja, un loto en la charca
de lo vivo, me dijo: ¡Despierta, Jiva,
te doy d(h)iana; sál domdi, eh…saana!


*

Las siete almas

... every animate thing has a soul:
G. de Purucker

Llamaré alma a tu nombre
porque se dice con sílabas
que imperan sobre la muerte.

Te has ido antes que yo de lo manifestado
y quedó Tu Nombre como bramido del Viento,
como el eco de Indra, armado en el espacio etéreo.

En la intimidad de tu cuerpo,
tu alma de fuego me despierta; te agazapas
como la serpiente más bella de la noche.

Subes como un torno, taladras
con las chispas del udena.
Te derramas y quemas.

En el foro de mis ojos te llamará: Refulgencia ...
porque depositas lo eterno en las cosas,
inclusive en estos huesos que tiras,
que acuestas y enderezas, alma es el agua
donde nací siendo alga, pez, rana, mamífero,
alma el arroyo que deja flores en el limo
y piedrecillas en restinga a la vera de la riba.
Alma soy por causa de tu alma.

En la intimidad, cuando despierto,
el frío huele a lunas de nostalgia,
volvería a tí por soles, por ojas de tu Brahma.
En tu tersura está la carne de gallina.

Se han abiertos tus poros en mil ojillos
que vibran y embelesan a mi tacto...
y la luz azul te sale del ombligo
y comprendo que también hay diosas
con el alma de la Tierra y que me tienes
en regreso en estos montes
que son como el Moriah y el Horeb:
el karma existenciado.

4-11-1992

*

*


Ahankâra

El punto en que el alma pura toca la materia.
Es punto de contacto es aún más fino que la inteligencia:
Swami Prabhupada

El que hace el Yo, el ego sucio,
mentiroso, lleno de tradiciones nunca dirá VIDA,
vibra él hasta ver luces en lo oscuro,
ilusión con aspavimientos.

Un poderoso que maldice, un retrógrado
que se individualiza como factor
de prohibiciones colectivas,
decreta según su ley social
«Aquí en el Tiempo mando
y me prohijo y me entronizo»
como Sensorium Commune de Escolásticos
por amor a valores de la chusma
y sus miedos y sus vicios de alma empírica
cagadas en calderos y karanas del espacio.

El ego es el peor de todos los absolutos.
Su labor es mentir.
Engañar la sensación siendo más nobles
las cualidades sensibles de la Jñanendriya:
el oído, el tacto, la visión, el gusto, el olfato...

No creas a los que dictan su Ahamkâra
porque reinterpretan el Eter, sin memoria,
y el aire que es sonoro y táctil,
y el agua que jala y empuja y da sabores.

No les creas, cuando no quieren ver,
tejas abajo, no creas en fuegos fatuos:
el fuego es visible y necesita
del sonoro Akâsha
y del Vâyu, sonoro y táctil.

5-4-1984 / Indice / Tantralia

*

El ser

El ser está hogareño cien trillones de veces
en castillo de sangre y proteína.
Entre charcas de nucleótidos, el monarca
pasea, divaga, se estremece.

El horizonte es un soluto amurallado
y su paisaje es infinito en apariencia,
aunque nunca lo sepa
por sus débiles pasos
y su corta existencia.

Todo tiene su réplica de ardides,
poder tortuosamente comprendido,
afán desde los ojos, milenario,
y es querer vivir y, aún morir,
lo que lo explica.

Hay un ritmo preciso de conteo.
La mariposa, temblorosa, su crisálida suelta.
El monarca también su red de pasos
y la vida deviene organizada y él es la vida
y camina y divaga y sufre y muere...

4-11-1992

*

Putamen

En el poema humano,
el que vuela al espacio después del nacimiento
y deja su nido oscuro, la sustancia negra,
el alimento se almacena en el putamen.

¡Cada estrofa se dopa
como tesoro inagotable de la mina!
y, en lo más externo de la esfera,
se fortalecen las alas,
con cachondo canto, se aprende
la pasión y su delicia activas.

La corteza motora es una danza
y el poema, una gaviota,
y todo sobre la colcha neuronal
es sonoro gorjeo, vuelo germinal,
cielos de Eros electrificado.

3-7-1997

*

La lluvia es nueva hoy

Haya llovido o no, llegaron a la orgía.
Y llueve a campo abierto y, en las calles,
para que la gente llene sus calderos.

Desde los cielos
una dulzura, cándida y jugosa, se vacía.
Casi todo corazón, como si fuera excéntrico,
la intuición de las cosas intenta. Las persigue
y, como por leche santa, a todo adjunta
su fuerza y vida.

Ninguno está seguro,
¡pero la intuición les basta!

La lógica, por argumentativa, es tarro de clamores.
Está lloviendo a cántaros.
Las garrafas se rebosan caprichosamente,
llenas de desagravios y empirismos.

La libertad es la sustancia acuosa
tan fresca como pezones pubescentes
y labios y lirios.

11-9-1997

*

Está lloviendo a cántaros

¿Cuál es la naturaleza de esta lluvia
que reparte viejo amor, con nueva democracia,
por qué azota un dulce trueno, su ánimo de luz
y desaparece, en puntillas,
eyaculándose al parecer sobre el gran cántaro
de los cielos abiertos como muslos?

¡Está lloviendo a cántaros!
El grandioso evento, la lluvia misma,
es nueva hoy, ¿será nueva mañana?

11-9-1997

*

Tu voz, tu mito

Sólo para el corazón
se documentan las estrellas.
Tu Voz como lluvia ha llegado
y el cielo se espacía para Tu Mano extensa.
De las aguas han fluído más fulgores
Relampaguea.
Relampaguea.

Como rayo se levantó
desde su escondite e inercia
y se elevó
y cayó en surcos, como semilla,
y fue energía.
Han temido lo que es, menos por su luz
que por su voz.

Y testifico en Su Nombre,
aún los duros de cerviz,
se llenan de ternura, a breve instante del sollozo
y los que cantan a la alegría, ya consolados,
los más sólidos, fuertes cimientos,
como en molicie de dudas,
renuevan sus memorias
y atacan a castillos sublimes, broza,
y a templos rutinarios sin Shekinah.

¡Los solitarios ya saben sobre el Ser
y se persignan! La sublime luz coparticipa del agua.
Se bautizan en fuego.

Hay una paz oculta
tras el trueno violento y los vendavales
y una voz que, sin nombre, nos alcanza...

10-4-1988

*



Serás luz y dulzura

No te llamaré Tiniebla.
Nunca más.
Serás luz.
En mi saliva nacerá
tu nuevo nombre, Dulzura.
Creeré en tus senos de almidón,
en tu suave tersura de lípido.

Hijita, blanco japio,
¿cómo se verá tu cabellera
abundante en el viento?
¿Se mecerán tus pechitos
cubiertos de jaquetón
en la brisa, girarás como ondina
dentro del manantial,
coquetamente líquida,
seductoramente fluída?

¿Serás el pez sublime,
el más pequeño,
o el más inmenso y adorable?

2-5-1989

*

Leticia

A una chica de Veracruz
Leticia, no puedes ser más deseada
si no cuando te encimas sobre mi mirada
desafiando con tus pechos
a mis ojos, a mis ganas de besarte.
¡Ay, no lo hagas!
... pero házlo, ya que te he dicho
¡tantas veces que me gustas!

Tus veinte años se han vuelto
mi capricho y mi agasajo.
¡Y esos túrgidos senos
me cautivan, encubiertos,
ocultos en tu blusa;
yo les busco el misterio y la medida
y la sutil palidez y sus sabores!

Te quiero por tenerlos;
y me muero por besarlos todavía;
y agradezco que los tengas en misterio
¡y que alimentes con ellos
mi alegría!

7-5-1999 / Indice / Tantralia

*

El origen del beso

... Expression and comprehension of emotion
involves the right hemisphere more than the left...

Neil R. Carlson


A veces porque su rostro es muy hermoso
viajo en sus lóbulos frontales.
Voy como en rapiña skandalosa.
Amo tanto sus sonrisas que me sumerjo en ella.
En la geografía que en sus labios organiza
mi tesoro, cohabito.

En el hemisferio derecho tendré
mi percepción maravillosa
con la raíz biológica del beso.
Entonces, he de ser un explorador
de sus sustancias, Skanda el guerrillero
que caza a sus sonrisas
cuando aún son amagos en el rostro,
intenciones latentes de energía.

¡Pero, claro que han de ser mucho más!
Comunicación entregada, al fin de cuentas,
¡las señas del amor posible!

12-9-1996

*

Me sonreirá

Me sonreirá para que yo la bese...
porque su rostro es muy hermoso
navego, en bulbo me raquídeo
y en vulva fluyo y me doy alas, vibraciones,
cilios, giros serpentinos, encefalizo
y finalmente... ¡la alcanzo,
mutuamente cautivados en kutacha!

Salgo al espejo donde ella es
la desnudez manifestada
y la percibo, de raja en raja,
teja abajo.

Una albarrada de piedras vibrantes,
calcio y minerales exquisitos, su cuerpo.
Mis huesos se alimentaron de reflejos espinales.
Con ella estuvo mi corazón enardecido.

Anticipé su amor en el lado externo de la carne,
en la ansiedad interpretante de los gozos;
pero: ¿quién ha de quitar la magia
a la anticipación de sus besos?

¿Quien negará que su mirada
se fundamenta en las raíces de shakti?

15-9-1996

*


Ometeotl: El Principio Generador de la Esencia Dual

Ometeótl

… al Señor de la dualidad y padre de todas las cosas
en la mitología mesoamericana
Se unirán los amantes en el día primero
de los cocodrilos. Será una unión ardiente
del ser y el tiempo, del padre de todas las cosas
y el espacio cósmico; se unirán el monstruo
de la Tierra con el Sol, lo vertical
de los dragones celestiales con las noches
terrenales, con tálamos de oriente y occidente.

En los días de Cipactli, se casarán los luceros
que reclama Ometeótl y la Serpiente emplumada
para hacerse un Gran Todo que incluya dualidades.
Se unirán los amantes en el Día Primero
de los Cocodrilos.

12-2-1986

*

El tronco

Tantra: transformar el placer mundano en felicidad espiritual pues el cuerpo es recipiente para lo divino, no una fábrica de karma o depósito exclusivo de aflicciones: Vajrayana
Son muchos los árboles
que vienen a tu ribera a dejar cada hoja,
a enflacarse de otoño, a pedirte amor
y ligamentos y raíces.

Son tan dulces tus costillas unidas
a cualquier tallo, te quieran o no
los comegenes que repudias,
los iguales que aman, los que sueñan
inútilmente parecerse a tí para atraparte.

Si no tienen esa suerte, corazón adentro,
es porque ya andas conmigo.
No hay tonto que replique para su provecho.

No hay tonta que no se trepe
al tronco de nogal y no se mueva hasta sacar
su pulidez y lustre al pardo rojizo.

La voluntad del placer es tan soberana,
tan soberana que traiciona, que separa, que solve...

¡Qué no has hecho por una robusta tranca!
por eso a las mil y quinientas,
sin que amanezca, yo te pregunto
si me quieres más a mí, o más a otros...
Te he buscado como forastero que llega
al templo, como metelón entre vestales...

Donde quiera que sea tu olor de hormona,
pregunto por tu médula adrenal y por las horas tardías,
por tu concha y por la forma de artesa de tus babas...
y, cuando tengo suerte, tu soledad y la mía se hallan...




*

Uterino río

Uterino río, jarra de cilios,
el pez en tierra llana,
será flor que te cante.
Seré sombra en la riba.
Acúname a donde vayas.
Sea tu morral mi rumantela.
En remolinos, entraré en tu quipe.
Llévame a la espalda
como espigas y viento que te sigan.
No me niegues tu choza sobre las navas.

7-13-1980

*

La puerta

Abre la puerta, útero del vacío.
Una ráfaga de contracción me busca.
Remociona mis márgenes, me pierde.
Se solaza con realidades escindentes.
Abreme la puerta.

En lo finito del existir habitó la miseria
que no quise y fundé mi zorrera,
mi tzimtzum, mis residuos
de olvido y te restringiste,
retirándote de mis ojos y de mi entendimiento.

Huíste del olor, de mi primer sentido.
Me echaste como a perro de tu jardín oscuro
y la flor roja en el desierto del dolor
fue creciendo, con aroma de incertidumbre
y la espada de luz, entre cáctus, me fue espino.

Abrete, endija de pelos, vagina
de la impronta residual, recipiente abstracto
para los cuerpos adoloridos, agónicos,
cuando como puerta cerrada permaneces.
Con fe sustanciada, viajo a tu encuentro.

«Pújate hasta mí», misericordia,
rájate en respuesta a la raíz.
La sabiduría de tu belleza en mí no muere.
Así puedo flotar otra vez, libre, o fluir
con los goces del antiguo río.

9-11-1990

*

*

También llamada la Reina, Nuestra Madre, la Dama Blanca y Diosa del Advenir. Matrona de los Nacimientos y las artes curatorias. Ver


Ixchel, diosa de la Luna

Antes que conociera la Puerta del Sol
y a Siva, con su media-luna, ví el astro de la noche.
Venía como lechuza, llena de conceptos,
fría como el agua, invernal como el norte,
pasiva y receptiva, dependiente, vampírica.

Animal biológico es la mujer que pasa.
Devenir cíclico, mujer que crece, decrece, se va,
desaparece; yo fui su primer muerto.
En la casa del resplandor, Kinich Ahau,
ella fue el ojo malo, ojo malo de luna.

Al irse, ¿quién cree que lloraba sus partidas?
Yo, por Ixchel, la fea, cuyas serpientes
le sirven por diadema. Me hería la prisa
de su noche. La quise tercamente
como quieren los conejos y borrachos.

Un día que la retuve
me mordió un pedazo de alma,
de Rayi-Prakriti, de materia.

Me enamoré de ella. Y fue tan simple
lo que hice. Más súbitamente que violento,
me detuve en su sexo, despojé su hazaleja.

Comí del musgo púbico. Chupé en la charca
del jugo vaginario y canté 108 veces
el sonido-raiz de la vulva vibrátil: bhagabija.

*



Levanta tu piernita

Hari-vikrama-utthita-bandha
Siempre que vino a mí, trajo su compañía de lluvia,
oleajes de mar, olor de marisma y menstruo. Y se metía
bajo mi sombrilla. Buscaba mis caricias. Protecciones.
Nos escondíamos debajo de los altos balcones.
O en zaguanes desde los cuales podíamos ver la lluvia,
Y la calle desierta. Y la sombrilla, escurriéndose.

En su curiosa periodicidad, había una obediencia dulce.
En una esquina, eché mi mochila y la suya; dos colegiales
éramos; ella, Lourdes que olía a Luna, a ritos
de siega de los campos. ¿Y yo a qué olía?
Yo, a lo que busca Ser, no siendo todavía.

A Indra, dios del relámpago, mi voz y mi mirada.
Cuando Indra abre el cielo con el trueno
o raja el firmamento con sus luces, saca de lo oculto
los ojos de las cosas, esclarece lo que vibra
debajo de las faldas: el púbis de la niña,
mi pene alborotado, los ojos buenos sin bizquez
de los soles, la noche dulce, el beso de la vida
y, sobre todo, ella que se abre, y deja que la toque.
La escondo un poco en mí, pretexto que afuera llueve
a cántaros; pero más llueven mis dedos curiosos en sus senos.

Llueve más la faena que comienzo en su clotis.
Está muerta de pena, esta pequeña luna,
que oye el OM OM de mi Brahma.
«Levanta tu piernita», susurré en su orejita.
«Te sacaré la braga».

Y nos frotamos así, yo chivo inspirado de Savitri;
ella, luz del alma, Hécate en la puerta de mi gloria.
Estábamos de pie; levanté una de sus piernas.
Sólo una le serviría de apoyo,
me gustaba su muslo terso en mi mano,
su afán de hundirse en mi cogida,
su cerrarse, estando en pie,
su enrosque, su ritmo, su jadeo.

7-13-1980

*



La flor de cuatro pétalos

a los poetas nahuas que guardaron la enseñanza
En tu cuerpo está el herbazal de Xochipilli,
ese tocado donde la alegría suprema se despierta
y te espera la dicha incomparable.
El dios del éxtasis tomó su pantorrilla.
Levantó el huipil, reverenció su carne.
La besaba cariciosamente
hasta que la tibieza del Sol produjo
mucha luz y mariposas.
Estacionaba en Tlapapalli,
vestido con tilmantli
y las flores cantaron desde prado.
Al fin, halló los cuatro pétalos:
era una vulva, era una vulva
o un conejo encantado, o un tejido,
su joya anhelada, el vellocino tántrico.

7-19-1980 / Indice / Tantralia

*



Voz proteiforme

En las aguas de la mar,
jamás duerme la llama, la voz proteiforme
que todo lo navega y lo fluye
y lo lícua y lo transforma...

La poesía sumergida del hidrato,
¡qué dulce larva es para el huevo,
qué plancton, qué eucampia del zodiacus!
Y los peces, que son poetas submarinos,
pioneros navegantes de la estrofa,
serán como antenas flageladas.

En el plasma brutal de los espacios,
jamás se calla el profeta con lumbre cristalina.
Al contrario, se gotea, se aburbuja, se destila.
¡Todo sea por los depósitos de trípoli
y por dar protosomas a los vientos!

2.

A la mar, protón de la canción
que la vida comunica, deltas sobran.
En su morada, los poemas descansan,
protocráticos reyes del silencio.
Su discurso es el sistema melódico
del habla, porque protonauta es el agua,
mensajera y, protonautas,
las musas de los ríos que hornean
al pan lejano, naciéndose de la mar
como sus hijas y no hay cloacas seminales
para la sed de ser.
(A la mar, maestra, sacerdotisa,
debo lo que soy, aunque esté ausente).

*



Ostra

Gracias, ostra, reina oscura,
boca del alma, cárcel de originarias sílabas.
Me sujetaste por el tiempo necesario.
Ni minuto más ni segundo menos:
¡ahora me vomitas, te abres y me brotas,
harta de mí, envenenada, herida!
pero fuímos dulcemente cómplices
en la primitiva desfloración del nácar.
Me redimiste, al fin, con cédulas de fuego
y perlas de apocalípsis, me hijificaste.
Gracias otra vez, escondrijo del Dasein,
ombligo infernal, huevo cósmico,
salvoconducto del fondo de pralaya...

*

Detalles para desearte más

Has dicho que han nacido guajalotes en las recámaras
aunque, de cierto, que de mole
para esa noche no pasan; nada de lo tuyo
quedará sin lamido, degustado...
el ombligo provocador, el hondo abismo,
los senos tuyos que se mecen,
con ritmo dulce y juvenil de colegiala.

Sí, tú eres quien,
al examinar la morondanga
del que viene y va,
inspiras mi recuerdo de hartazgo,
me das para hoy y mañana,
más nunca hartazgo eterno, cósmica abundancia;
nada entregas de este mundo
que carezca de hermosura rutinaria.

Diariamente brutal, eres.
Entonces, pienso que, con tu amor,
mi vida seguirá vacía... y por eso...
lindo ombligo, ricas nalgas, deseo
y nostalgia de amor, ¡eso eres aún!...

¡Es lo que quieres ser; es lo que puedes
y lo que aún deseo cuando me faltas!

*

Yoni

Admiro que me digas:
¡Hacedla tuya!
con vehemencia de muslos ágiles y tibios.
No pierdas un segundo de maniobra.

¡Es tu ostra, tu sabrosa hembra,
lúbrica enamorada! Dále tus aguas dulces.
Frótala en su calcio, estrogénate en su tersura.
Esparce las piernas hartas de deseo
por la curva epigénesis de sus dimensiones.
Dispárate electrones con secuencias de péndulo.

Reinventa isótopos y rayos,
calderos de hirvientes gorgojitos,
borbollones del calidarium. ¡Chúpale la pepa hasta que grite
los nombres de miles de hipercubos
y se vista de igual tersura que los ángeles
y sea viva y primaria como el hada y la alcoba,
novia corpuscular de tu celo!

¡Empújasela dentro hasta que no sobre sonrisa
ni se ablande el anhelo con que gozas el coño
de las cosas y la escalera sublime del sexo!



*

Me olvidas

No eres loca que coma lumbre,
ni yo tu igual aunque quiera quererte
y sepa que me quieres, si es larga tu ausencia.
Pero no me redimes ni me lloras
porque por cosas mayores te vas al infinito...

Te querré con la misma propiedad
con la que mis ojos te han comido y perdido
en la tragedia cotidiana y natural.
Que tú me olvidas.

Me has gustado y es injustamente predecible
que te haya olvidado, a veces repitiéndote...
¿Por qué sigo creyendo que el amor puede ser más
que amor y el placer, una puerta y un naufragio?

Si, en el mundo, tus milagros se vuelven
la accidentalidad tras la antigua idolatría,
a penia, miseria de timbal y patarata.

Voy a aprender cuán dura es tu costilla
por causa de que te encuentro para volver a perderte
y fingiré que te amo menos de lo que te amo
para que confíes en tu órbita
y para que me veas como el sol, que se aleja
cuando otro ajeno sistema planetario
está más cerca que mi aliento encima de tus pechos;
pero te voy a seguir, similar ronda del eje,
creeré que te iluminas cuando yo soy oscuro.
Que la Luz por la que giras
como si fuera tu lujo perdido,
irremediable, no soy yo...

Como si fueras una tragedia, un suicidio,
un mal sabor divino,
una blasfemia tracalera,
mi bien amada, te vas, Kali te quitas,
destructora, de mi vida.

*

Pero te amo...

Sé que te quiero porque eres única.
En el fondo, no me necesitas para nada
y has rechazado de manera igual
toda forma coactiva de externa aproximación.
Me gustan las mujeres como tú:
solipsistas, anárquicas, sin dueño...

Daría algunos nombres para mencionarte;
¿y a quién importaría, después de todo?
El fundamento de cualquier relación
se define desde tí y tu red de autonomia.

Me cuelgo de tus escupidos.
Conozco tu miseria de araña
y la supremacía de tu vagina irreverente.
Siquiera tiene la evolución del patrio gobierno...

Hilas mi abismo de plata y soy el suplefaltas
al que sólo has compensado
con besos, distancias y recelos.

El mundo externo se subordina
a la única realidad de tus pelos
y yo recuerdo que sudas tu conocimiento
y se me antoja tu calidez y tu sudor
como lo más bello del torbellino de la historia.
Hemos sabido ser cómplices,
con el susurro del AUM...

*

De tu árbol

No existe más que el yo,
el yo que hierve en resina alcanforada
cuando el amor se vuelve un talismán
es decir, la mujer que filtra el tabonuco,
o sale de cualquier árbol
en que esté metida,
como Filis en el almendro.

*

Del amor por los árboles femeninos

¡Qué maravillosas son las mujeres
que entran por los ojos
y que dejan su alcoiris en las pupilas
y los pedazos de estrellas, aunque fugaces,
como olor que no escapa
al tajalán que gruñe hasta las trencas!

¡Qué maravillosas cuando se convierten
en memorias para los dedos
y nos desprecian, a media talla,
porque han visto sus sombras
derramadas sobre el pecho como babas!

(Publicado en la revista Argos (México), Núm. 10, Abril-Julio del 2000, y en El Perro Andaluz,
España, y en Hispanic Culture Review, Vol. VI, Number 1-2, Verano 1999-Primavera 2000)

*

Coatlicue

... el apego a los objetos («ragâ») transforma a los objetos en la perfecta satisfacción o plenitud del Sí-mismo en aspiración determinada hacia determinados objetos: Javier Rou

Me has querido bien,
paciente, sana, vigorosamente.
Que yo sacara dulzura de la peña
y me lavara en el río
donde te bañas y alimentas ha sido tu esperanza.

Pensaste que yo doy vida,
pero más vida hay en tí,
depósito silvícola, centinela de kakón.

Te difaman, hígados de indio,
y se equivoca: tú, más candidez
sacrificaste ante el Hades
por los hijos perdidos en la sombras.
Negro luto quemas en rituales
siendo adorable sin saberlo.

Más finos y tersos tus pétalos,
flor oscura, que las de muchas mañanas
y en tu vivir, Coatlicue,
menos arrugas y dolor dejaste.

Han sido tan limpias tus llamas,
fuego purificador, porque litas.
Lo sé porque me has querido
y el altar no miente
en la paciencia que atestigua.

¡Soy el residuo más dulce
que creaste en el carbono!

5-14-1980

*

Naturaleza idílica

Siendo que creo en los árboles y me gustan las palabras
como son rosa y flor y raíces y sol y primavera
y que no sé sobre el por qué me gustaron
las nociones, vegetalmente irruptas,
de lo idílico, debo estar loco: el mundo es duro
como guayacanes y muros calafateados.

Y hay los que engañan
con la dulce invocación de rosa,
con fragancia de cielo,
gotas de rocío,
sorbos de aromáticas raíces
y hasta con neumas cordiales
que llegan a ciegos velos,
los ojos al soñar, al creer,
por mirar al infinito.

Adoro a la Naturaleza
y, por igual, a cada criatura que es,
no siendo humana.

Y cuando brama la mar bajo los cielos
y cuando brotan las flores y los misterios
de cada semilla, me fascina.

Madre Naturaleza: te personifico
para creerte más en tu vínculo conmigo;
si no tienes corazón, tormenta y rayo,
mar bravo, violento ciclón, amargo sismo,
yo te doy uno; pero sé, mujer, madre,
parturienta, amante en celo...

Ya raramente observo al bosque
Tampoco a cielos claros, encendidos,
ni a la gloriosa dimensión del campo abierto...

Vivo en este urbano infierno de los cantos.
¡Pero una mujer a mi lado me devuelve
hasta a los ríos y las junglas,
secretos del esplendor biológico
y a la historia de cada movimiento,
de ciclo de anhelos, me entregan, por igual,
en lo humano y en lo social.

Y con amaños teóricos, lo reclamo todo,
en ovogénesis, en clamor
de Tierra Prometida y entregada!
...y por esas pequeñas semillas
que han sido mis niños, espinosamente traviezos,
los que entran y salen de mi casa como animalitos,
amo a la mujer más campesina, a las indias
del monte, a las hembras de las campiñas,
y a veces descubro, colgados de mis párpados,
por gozo y lágrimas y asombro, lo que pensé
haber perdido en este laberinto urbano.

Al fin, que son dulces como las frutas,
delicados como el alcoiris,
los niños y la mujer,
las criaturas naturales
sobre el mundo
de los vulgares materialistas
y crueles tiranos
con la palabra
Dios
forjando
llanto.

14-9 1992 / Indice / Tantralia

*

La naturaleza femenina

¿A qué llamaría yo... naturaleza y, al hacerlo,
con mayúscula alegría, Natura mía,
con terca convicción, a qué, o a quién...
si no a mujeres visibles,
niñas en mis ojos, mi realidad,
y a una, en particular,
a tí, tan quieta y frágil
que duermes a mi lado?

A lo que es la sustancialidad que me comulga,
a lo que soy por tu causa, contingente,
el shamán que las amo, uno en todas...

Sustancia apropiada de mis sensaciones,
aquí y ahora, designo y digo: Tengo mundo,
mi mundo eres, mi orden para hallarme
y piso fuerte, sin capricho, ¡existen!
aunque sea el mundo...
el espacio de mi cama.

¡A ellas y por ellas!
por su causalidad, exquisitez conozco y nombro...
¡No hay entelequias ni transmundanerías!

Al pensamiento han dado más que íconos.
Este contenido es certidumbre.
Es tacto, carne y hueso,
el aliento suave, tierno, audaz,
erótico y fecundo, preso el mío del suyo...
y ambos realmente satisfechos...

2-3-1997 / Indice / Tantralia

*

Marco Antonio y Cleopatra


(Receta del suicidio sabroso y perfecto)


Al despertarse en la mañana
(porque ha sudado el luto de la noche),
mire a todos lados, dice Marco Antonio.
Los ojos de Cleopatra
tendrán que ser sus lámparas.

Añore, adivine, busque ese olor
que en la cocina del mar navega
como si anunciara al apetito
el caldo más gustoso,
el plato de la honra.

Desvista a tal deleite,
dice Marco Antonio.
A la nariz, desposítela
bajo el mismo descanso
que la boca disfruta,
llenándose de pelos.

Sepa que es ella que sale
hacia los deltas más ricos en aras
de sus sueños más escondidos e inéditos,
peregrina entre pirámides de la mar.

2.

Cleopatra hierve, condimentada,
con la espesa y sólida carne,
grata de aroma, dulce a los labios.
Sumérjase en el hambre de probarla,
dice Marco Antonio;
hágasela de desayuno y cena.

No se detenga. Cocínela.
Subviértala en sazón bajo sus costillas
y cíñala al gesto de sus manos, con gusto de canela.

Que aprenda la ternura con que su boca la quiere
y el rigor de la vara que manda en el apremio;
su vientre es femenino y no tiene sequedales
sino traviesas barranqueras
para el cordero que se niega al degüello.

Ella es el gneis, lo más profundo,
gaia que hierve en el plato fecundo de la tierra...
(¡que no se enfríe, dice Marco Antonio,
ni cese su empeño de comerla!)

3.

Encímesele para cortarle a besos todas sus venas
y chupar las leches de sus misterios juveniles.
Que ese guisado exótico se quede consigo
cleopatriándole en su nueva patria de delicia.
Para mi plato se hicieron sus caderas,
dice Marco Antonio.

Ella es la nalga que salva.
El Lobo que habría de venir.
La prometida Vulva Celestial.

No hay otro paraíso que dejarse oprimir el vientre,
llenándose epicúreamente de ella y de su ombligo.
El banquete de sus huesos
sobre nuestros hombros,
rechupados tobillos,
salados por nuestra boca
y pantorrillas en alto, convertidas en cielos...

Ponga una cucharadita de malicia
a esa fusión de algas y olas,
a esa entrega de maromas marinas.
No es tanto una guerra la que lucha.
No es una venganza.
No es una agresiva avanzada de la adrenalina
para sembrar telarañas en la sangre
y vergüenza en los nervios.

¡Es un regreso a la patria de Cleo,
un consumo, un banquete,
el repartimiento de secretos callados
que la carne tiene y que, con amor, despiertan!
¡Pero no la pierda, dice Marco Antonio:
Cleopatra no aparece de ordinario!
No se le tiene siempre.

4.

Ella no se tienta con el primer baboso que la invoque,
ella no pide la mirada prestada ni se mira en cualquiera.
Los ojos que ella trae, borrachos de ahínco,
tienen ganas de salvarse
de la estúpida obviedad que la circunda.

Son rivales del falso amor
y del diseñado sub-comportamiento
y por eso son dos lámparas quemantes,
y por eso son las rutas al suicidio
y a la redención incomprensible.

Cuando Cleopatra ilumine su mañana
y el hambre le torture, con ansias de bocados
apasionadamente nuevos y emergentes,
sedúzcala sobre las alfombras,
dice Marco Antonio,
en los pasillos de las oficinas,
en los estacionamientos,
en los ascensores o en los parques públicos
del ansia, en la privacidad de las torres
del anhelo que se pinta imposible,
a los cuatro vientos de los mares...
y ésto será delicia en la boca del áspid
y, sin duda, complicidad de amantes,
que han hallado, por fortuna,
la forma más perfecta y sabrosa de matarse.

Publicado el Abril 20, 2006, en General, VozalMundo.com

*

El libro de la vida

Abran el libro de mi vida.
La carpeta son dos paredes replicadas
que a la célula forman, castillejo para cuerpos
que me llevan al mundo, a la flor y a los mares,
a la fruta, a la bestia, al aroma, al murmullo.

Tengo el lomo de puros leucocitos
y me sanan cuando duermo, temeroso
del naufragio y el abismo.

Y a las orillas, una vez infértiles
y cocidas por envenenados sequedales,
suplico su primitiva humedad de barranqueras.

Busco el hito de velas y de barcos
hasta en remotos hitos de jungla y lodazales.
Cada hoja que se pegue a mí,
que mi cuerpo sea yo solicito.

¡Abridme en volúmenes de antena
con cada palabra hormonal que arranque,
en flote, suspiros de márgenes ardientes.

En densidad, sin vaivenes,
vean mis secretos fondos tan blandos y anhelantes.
Pongan ojos en mí. Esperen mi partida.
O mi llegada. No me dejen sobre resacas rojas.

Abrid mis páginas
porque la sangre es fértil
hasta en el negro escarabajo de la muerte.

*

La gloria mañanera del yo

Soy un Yo que olvidó despedirse.
Y te reclamo porque ya tu voz
es cíclicamente mía
y conozco al cangrejo menos visible
de las tenues penumbras,
el que busca entrar a los túneles vulvares
(los tuyos que se escribieron como engramas
en concha dura de mi lira y se volvieron míos).

Déjame mirarte, iniciar
el regreso, que es meta de mi gozo.
En tus húmedas tinieblas, pesco
y qué fácilmente morderás mi carnada;
te llamo todavía con lengua de fuego
y nadie te acomoda
en la gloria mañanera
como yo.

1-6-1994 / Indice / Tantralia

*

Un quark que habla a los mortales

Si estás vivo, acomoda esta frase en tu alma
Te quiero, cuerpo bendito.
La bendición será reconocer
que tu tallo ha crecido,
que formó su ramaje
y si te has elevado verticalmente
como la honra vibrante
con sed de cielo y de frutos,
pobla con soles huérfanos y pequeños
tus hojas verdes,
tus penachos floridos de lunas
y no te faltará la clorofila del futuro
ni la humedad para el humus
donde habita la ciudad
de tus raíces.

Si estás vivo, yo te daré más que promesas
porque no es una frase tan sólo la que zanja
en tierra feraz y desbrujada
la semilla que huyó de barranqueras
y de vientos ímprobos del mar de los sargazos.

Acomoda esta frase, si estás vivo,
árbol valiente, y si has buscado
esa nutricia soledad que se escarba en lo profundo
con las puntas de tus dedos, hállala.
¡Es tu tierra de alimento!

03-03-1997

(Publicado en La Tertulia de Mizar, Número: 827
4 de Diciembre de 2000)



Parte I / Indice / Tantralia

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